Biografia

Emilia Morillo Fragoso

Nace el 11 de septiembre de 1986 en Santo Domingo, Republica Dominicana. Sus padres Fior Fragoso y Emilio Morillo, ambos de origen dominicano, se dedicaron toda su vida al trabajo, pero nunca se descuidaron de la educación de sus hijos.

Desde muy pequeña comienza a ser alfabetizada por su hermana Julissa, persona que le enseña a leer a muy temprana edad. Hecho que convierte sus primeros años de enseñanza en su principal hobby y le merece el reconocimiento por parte de sus profesores, con su primer reconocimiento a la edad de 5 años.
Cursa sus primeros estudios en la escuela Fe y Alegría, donde siempre se destaco por su habilidad en la lectura. Luego continúa sus estudios secundarios en el liceo La unión, lugar en el que obtuvo una medalla de estudiante meritorio.
Estudiante de término de la carrera de Comunicación Social, mención periodismo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Emilia Morillo siempre ha tenido tiene clara la responsabilidad de un comunicador, lo que la ha motivado a prepararse intelectualmente a fin de poder en un futuro brindar lo mejor a su país.

Ha realizado cursos de Locución, Etiqueta y Protocolo, Informática, Relaciones Humanas, Maestría de Ceremonias, entre otros no menos importantes.
Su filosofía de vida es servir a Dios y a la patria. Entiende que hay un creador a quien todos debemos rendirle cuentas y que con el a nuestro lado todo va a mejorar. En segundo lugar esta el suelo heredado por nuestros héroes: la patria. Cree que de los estudiantes depende que el país mejore por lo que siempre ha puesto su fe en la educación haciendo la parte de su vida.

En su tiempo libre le gusta leer, conocer gente, escuchar música y estudiar. Una de sus frases favoritas es “La victoria pertenece al mas perseverante” de Cervantes.
Si algún día tuviese la oportunidad de cambiar algo en su país fueran las desigualdades sociales, porque entiende que todos somos iguales y por tanto debemos tener acceso a los mismos privilegios.

Le exhorta todos los jóvenes del mundo, primero a creer en Dios que es nuestro único salvador y luego a luchar por sus sueños por mas inalcanzables que parezcan.


Por poco y me dejan.

Eran las 4 de la mañana, cuando mi reloj despertador me aviso que ya debía levantarme, pues el día del viaje había llegado. Con los ojos cerrados aun, apago el celular y me digo a mi misma: “todavía es temprano, puedo dormir un poco mas”.

Pero de repente 5 de la mañana, me levanto rapidísimo de la cama y comienzo a organizar todo. Mi madre que estaba durmiendo, se levanta y me dice: “tanto tiempo que tuviste para organizar el viaje y esta es la hora que tu coges para eso” con mi voz muy amable le digo: “Mami ayúdame que me va a dejar la guagua.”

Voy al cuarto de mi hermano a despertarlo para que me lleve y vaya sorpresa, no estaba, había amanecido en la casa de un amigo y ya eran las 5 de la mañana, Emilia en Los Alcarrizos II sin tener ni idea de cómo llegar al punto de encuentro.

¡Que pique! Cojo el celular, lo llamo y le digo: ven a buscarme que se me esta haciendo tarde. Que alivio sentí cuando lo vi.
Ya estaba lista, con la bendición de mi madre y unos cuantos consejos como: “no te bañes en los ríos que tu no sabes nadar, no te despegues del grupo que te puedes perder, entre otros” partimos a recoger a mi novio a paso de tortuga.
Llegamos a las 6 y 10 de la mañana y vemos mucha gente, pero a nadie que yo conozca, lo que me pareció raro, luego se nos acerco una muchacha y nos dijo: si ustedes son los de un paseo que tienen los t-shirts azul su guagua esta por allá